Mi vida después del despertar

Debo admitir que al inicio no fue fácil, hubo mucho movimiento, mucha turbulencia y muchos cambios, en el fondo yo sabía que tarde o temprano esto iba a pasar, pero vivirlo fue desafiante.

Despertarme al día siguiente sabiendo que ya no soy la misma Karla con la que había convivido 28 años, fue realmente un cambio que me tomó mucha energía y tiempo aceptarlo, por fuera era la misma, pero por dentro todo estaba cambiando, todo se estaba moviendo, mi vida poco a poco empezaba a cambiar en mucho sentidos, comenzando por mi cuerpo que empezó a rechazar hábitos que había tenido implantados durante toda mi vida, empezó a rechazar la carne, durante 8 meses fui vegetariana, empezó a rechazar el alcohol, durante 1 año y medio dejé de consumirlo, renuncié a mi trabajo “estable” porque sentía que había algo mucho mejor esperando por mi, conocí a mi gatita, la gatita que me cambió la vida, abrí mi primera oficina, muerta de miedo, pero la abrí, fueron cambios muy fuertes pero hermosos! que ahora los agradezco y agradezco haberlos aceptado porque aunque en ese momento no entendía el por qué, ahora todo tiene sentido.

Y aquí viene la parte que quizá más energía tomó, al ser algo nuevo y diferente lo que estaba viviendo, yo se lo quería contar a todo el mundo, sobretodo a mi familia, quería compartírselos y de alguna manera sentir su apoyo, pero al hacerlo resultó todo lo contrario, ellos llegaron a pensar que me estaba volviendo loca. Es normal, yo no podía implantar en ellos información que aún no estaban listos para recibir, información que cargaba con una energía diferente a la habitual, me ponía en su lugar y lo entendía. Así que solté y empecé por mi cuenta a intentar aceptarme, ahora comprendo que no necesitaba la aprobación de alguien más, necesitaba la mía, no necesitaba buscar en el exterior, necesitaba aceptarme yo misma, la parte más difícil.

Pasaron los meses y mientas más leía, más aprendía, más entendía y más intentaba aceptarlo, buscaba personas que habían pasado por lo mismo que yo y encontré a alguien que con su información ayudó a calmar mi ansiedad de buscar más. Escuchar su historia e identificarme con ella, me llenaba de paz. Recuerdo que relataba su experiencia, compartiendo que había atravesado situaciones similares, quería al igual forma compartirlo con todos, pero la mayoría no lograba comprenderlo por completo y lo más adecuado era no presionar, ni insistir, pues llegará su momento y lo entenderán. Y exactamente así fue, por mucho tiempo, mientras escribía  pedía que algún día lo acepten y lo entiendan, pasaron meses, años y hoy puedo decir que el tema se vuelve cada vez más normal, mi mamá empezó a leer para llegar a entenderme y ahora hasta sabe un poco más que yo, mi papá sigue sin prestarme mucha atención porque siente un poco de miedo, mis hermanos empezaron a preguntarme y a pedirme información, estamos avanzando.

Desque que todo inició como les había contado, han pasado infinidad de descubrimientos, pues cada vez descubro que tengo acceso a más información, pero siempre intenté ocultarlo, pasándolo por desapercibido y no dándole la importancia que merece,  muchas veces ya no contaba lo que sentía o veía, por el que dirán, incluso a Alex, sabiendo que él me entendía, no se lo contaba todo, porque era yo misma la que quería convencerme, que es mi mente la que se está imaginando cosas. Así fue durante dos años, hasta que llegó el día, el viaje donde todo cambió, el viaje que movió toda la energía que estaba intentando ocultar, ese viaje que denotó un antes y un después en mi vida, el viaje que por alguna razón antes de irme, en mi journal, todos los días escribía que algo va a pasar, algún cambio fuerte, mi alma ya lo sabía, pero yo no me imaginaba que después de ese viaje iba a aceptar mi don y estar aquí escribiendo esta historia.

Pero así es, la voz del alma es más fuerte que cualquier otra voz, la voz del alma no se cansa hasta que la escuches y empieces a actuar, todo lo que vives te prepara y te lleva hasta el lugar exacto donde tienes que estar y hoy estoy aquí iniciando este camino que se y siento será un camino sin fin, con un millón de posibilidades, con un propósito increíble de despertar a más personas, sobretodo a más mujeres, de empoderarlas y ser el puente para que comiencen a recordar.

En el próximo capítulo de la historia les cuento del viaje.

Con amor,

Karla.

Anterior
Anterior

El viaje que lo cambió todo

Siguiente
Siguiente

El día en el que todo comenzó